Que tal si nos compartimos?

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Era la cuarta vez que coincidíamos en distintos sitios, ya iban dos en la cafetería, pura casualidad, ya que había sido a horas distintas, pero hoy estaba sentado con quien me esperaba a mí, le mire directamente a los ojos divertida, esto iba a estar bien;
-hola Ana.- dije cuando llegue a la mesa, dándole dos besos a mi amiga.
-hola Laura.- me dijo con una sonrisa.- ¿conoces a Carlos?- dijo señalándole a él.
-no, soy Laura ¿Carlos verdad?-me acerque a darle dos besos, él se levantó de la silla y apoyando la mano en mi espalda, nos saludamos, mirándonos a los ojos cuando cambiamos de lado.
-pensé que ya os había presentado, es raro que no hayáis coincidido antes.
-¿Carlos sabe hablar?- salió el diablillo que llevo dentro.
-jajaja, si se hablar, pero soy un caballero, dejo hablar primero a las mujeres y más cuando son dos, es verdad que podíamos haber coincidido antes.- se acercó a mi oído y me dijo más bajo.- aunque ya lo hemos hecho ¿no? vivo con Fernando, si su pareja.- dijo señalando a Ana.- me alquilo una habitación en su casa.
Ana nos miraba notando el filin, que había entre nosotros. Yo ya sabía que él tenía carácter, después de los que me había dicho al oído, pasamos un par de horas coqueteando, con Ana encantada con el tema.
Me despedí de ellos, concretando la hora para quedar a cenar al día siguiente en casa de Fernando.
-vale a las 10 estoy allí y luego nos vamos a bailar- dije guiñado un ojo a Ana, el volvió a levantarse.- nos vemos mañana.- se detuvo más en los besos y mi mano se quedó más rato en su nuca.
Nos habíamos intercambiado los teléfonos, esto ya había comenzado, a ver qué pasaba.
Era la una menos veinte de la mañana, cuando me metía en la cama, había puesto a cargar el móvil, no había mirado si tenía wasap, estaba saturada, mientras cenaba me olvide de él, pero ahora tenía un ligero nudo en el estómago, pensando si me habría escrito.
Puse una almohada encima de la otra, me tape con el nórdico y apague la luz, cogí el móvil y vi que había varias conversaciones, primero confirme la hora del despertador y pase a las conversaciones, mientras leía un grupo salió su foto en la parte de arriba del móvil junto a un hola, lleno de exclamaciones, no quise contestarle ya, vale, me veía en línea, pero tampoco tenía que hacerle caso enseguida;
-¿ya estas dormida?
A quien quería engañar
-hola, no todavía no…
Hablamos más de  una hora, contándonoslo todo sobre el trabajo y temas personales, nos encontrábamos a gusto, tenía la sensación de que lo conocía de toda la  vida, de ultimo entre que te vas a poner mañana para la cena y que si se bailar, terminamos entrando en tema sexual, precalentado y poniéndole más ganas a la cena de mañana.
Me dormí nerviosa y con el nudo del estómago se había hecho un poquito más grande.
El día se me hizo corto, nos escribimos varias veces, me hacía reír, prestaba atención a lo que decía, me sentía atraída por él.
Cuando llegue a casa de Fernando, quedaban casi siete minutos para las diez, ansiosa, debía de haber dado un par de vueltas más a la manzana, Ana me abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, hasta ese momento pensé que iba a ver más gente, pero al entrar me di cuenta de que era una cena de parejas, para ser exacto de dos parejas, mierda, el nudo en el estómago;
-estas preciosa Laura, dame tu chaqueta.- dijo mientras cogía mi chaqueta y me daba dos besos.
- Ana, ven aquí.- dije tirando de ella.- ¿solo nosotros cuatro?
-no pareció molestarte su compañía el otro día.
-es una encerrona ¿tú te consideras mi amiga?
-él está igual de nervioso que tu.- dijo empujándome al salón.
-¿en serio?
Al entrar le vi mirando nervioso hacia nosotras, creo que a él la situación le había pillado también por sorpresa, esto hizo que me relajara, fui hacia él y le plante dos besos.
-hola Carlos estas muy guapo.- dije agarrándole del cuello de la americana, sonrió.
 -tú me has mentido, me dijiste que ibas a venir en vaqueros y te presentas con vestido y tacones, estas impresionante.
Nos sentamos pegados en la mesa y la sensación de conocernos desde siempre volvió, parecíamos una pareja. El aprovechaba la más mínima ocasión para tocarme o acercarse, me miraba directamente a los ojos y yo cada vez tenía más calor, no quería  pensar cuando nos fuéramos a bailar, me cogió de la mano para llevarme al sofá a tomar la última antes de irnos a darlo todo, me zafe de su mano y al ver el mohín de tristeza le di un pequeño beso en los labios, que pareció gustarle mucho más, me escape a recoger la cocina con Ana y a aguantar, sus “ es un chico monísimo y súper majo” “ si huyes te mato…etc.”
Nos fuimos a un local de música latina y de los ochenta, de la que bailas como una loca y cantas a voz en grito, cuando llevas un par de copas de más, yo estaba un poco oxidada en esto de bailar, me quede en la retaguardia a ver un poco como iba la cosa.
Carlos pareció verlo  en mi cara;
-ven conmigo ¿vergüenza? Me cogió las manos y comenzó a moverse despacio, observando como reaccionaba.
-en parte y oxidada, pero no te preocupes que lo arreglo en un momento.- fui hacia la barra, con el detrás de mí, agarrándome de la cintura.- dos chupitos de vodka dobles ¿quieres algo? Los dos chupitos son para mí.
Hizo un movimiento negativo con la cabeza;
-solo a ti.
Madre día, que calor hacía en ese local ¿no? Me bebí los chupitos de un trago y me gire hacia él, volví a darle un pico, me cogió de nuevo por las manos y me arrastro a la pinta de baile;
-veo que te han sentado bien los chupitos, llevo queriendo hacer esto toda la noche, me sujeto la cabeza y me beso metiéndome la lengua hasta la campanilla, al ver que respondía, me estrujo contra su cuerpo, parecía que no pisaba el suelo, nos separamos.- ¿bien? Creo que ya estamos los dos más relajados.- asentí con la cabeza.- déjate llegar y disfruta.
Bailaba muy bien, poco a poco me fui soltando y en la salsa nos juntábamos más, nos sentimos más, la forma de su espalda, de su trasero, él se recreaba igualmente, no sabía dónde estaban Ana y Fernando, estaba a cien, en ese momento termino la canción;
-voy un momento al baño.
-¿estás bien?- dijo son sus ojos clavados en los míos.
Le puse cara de niña traviesa;
-demasiado bien, solo voy a refrescarme.- con solo mirarme ya lo estaría notando, sofocada y seguramente unos buenos coloretes.
Me moje la nuca y retoque el maquillaje para no parecer Heidi, pondría un poco de freno, esto estaba descontrolado, al salir del baño, me topé con el de frente, creo que los coloretes volvieron al momento, cogiendome la mano me llevo al baño de tíos, cerró la puerta del baño, mire las cuatro puertas, pensando que pudiera haber alguien;
-no hay nadie lo comprobé antes de que salieras de baño de señoras, Laura.-dijo acercándose a mí, yo retrocedí, hasta quede contra la pared, se pegó a mí, notaba su cuerpo acoplado al mío, nos besamos devorando las bocas, yo bese su cuello, que bien olía, el mi oreja, solté un suspiro, al ver que desabrochaba los botones de arriba de mi vestido, y estrujaba mi pecho, con un movimiento, coloco una de sus piernas entre las mías obligándome a abrirlas, quedando tan pegado a mí que pude sentirlo, coloco su mano entre mis piernas, me beso de nuevo ahogando el suspiro excitado que salía de mi boca…

Luna Soler



Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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