Estoy sentada en el banco del
parque, un parque de luz azulada, según pasan los minutos se va volviendo más
silencioso, no escucho niños, sus risas, solo al fondo el ladrido de un perro
con dueño trasnochador. No necesitas escuchar música, solo silencio del rincón oscuro
donde te encuentras, inspiras hondo, intentando que llegue la paz a tu
interior, esa que te permite respirar, poco a poco vuelve esa paz.
Comienzan la procesión de caras
conocidas, te camuflas en la oscuridad
de tu rincón, no te ven solo eres una sombra más…
Luna Soler
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