-De camino al baño oí el timbre de la puerta me extraño,
sabía que era una cena íntima, pero un hombre de negocios nunca descansa, subí
al segundo piso y al cerrar la puerta escuche las primeras voces, que se
convirtieron en una fuerte bronca, cuando iba a salir escuche los dos disparos,
me quede paralizado, en mi mente resonaba lo que escuchaba de fondo incapaz de
moverme;
-mata a esa zorra, no quiero testigos, también al servicio.
-Seguido a esa frase, yo ya estaba a mitad de la escalera, tenía
visibilidad completa de los dos hombres, vi como mi hermana intentaba huir
hacia la puerta y la pegaban dos tiros
por la espalda.
Se levantó del sofá y yo me cubrí la cara con las manos;
-es horrible.- sentía ganas de llorar.
-me desplome al ver a mi hermana caer sobre sobre el frio
suelo, para segundos después quedar por encima de un charco de sangre.
Paro de hablar, tenía lágrimas en las mejillas, sus ojos
estaban llorosos y apretaba los puños hasta dejar blancos los nudillos, hice intención
de levantarme para abrazarle, pero me quede quieta al ver que me extendió la
mano para indicarme que no lo hiciera.
-debí de hacer algún ruido, no fui consciente, hasta que no silbo
la primera bala rozándome el hombro derecho, quemándome la piel, quería quedarme
y matar a los dos hombres que habían asesinado a mi hermana, pero la lógica me decía
que si no huía pronto estaría tan muerto como ella, subí corriendo las
escaleras, si no recordaba mal la estructura de la casa la primera habitación, tenía
una ventana que deba al tejado de una terraza, sin pensarlo entre en la habitación
y salte por ella, del tejado al césped, sin pensar que pudiera estar alguno de
ellos fuera, les oía gritarse entre ellos que había saltado. Corrí todo lo rápido
que pude por el medio del campo, no sabía dónde estaba, no sabía si sería capaz
de encontrar la carretera.- se sentó de nuevo en el sofá.
Le ofrecí un vaso de agua fría;
-ten bebe un poco.- lo cogió y casi lo bebió hasta el final.
-tropecé en la oscuridad, haciéndome un pequeño corte en la
ceja, sangraba mucho casi no podía ver.- me fije en la pequeña cicatriz en la
ceja derecha.-de repente note que estaban más cerca volvía a oírles y empezaron
los disparos y de repente caí al vacío, Anna pensé que era el final, el agua
helada me devolvió a la realidad, pero al instante quede semi inconsciente, me encontró
al día siguiente la policía, en la orilla, inconsciente, con hipertermia , pase
varios días en el hospital sin conociendo, el resto te lo puedes imaginar,
testifique en contra de los dos tipos y entre en el programa de protección de
testigos.
Le abrace con fuerza, note como se desplomaba de dolor entre
mis brazos;
-lo siento, lo siento mucho.-sin saber que más decir.- perdona
mi cabezonería.- cogí su cara con mis manos y le mire directamente a los ojos.-
dime sus nombres, dime como son, estamos juntos en esto y si no sé qué aspecto
tienen me dejas indefensa.
Me miraba directamente a los ojos, antes de que pudiera moverme
me beso en la boca, con furia y dolor como si intentara soltarlo todo en ese
beso estrujando mis labios y mi boca, se lo devolví intentando aliviar ese
dolor. Cuando el beso termino, nos quedamos mirándonos con la respiración entrecortada,
me arrimo a su pecho, quedando felizmente acomodada;
-tienes razón, debes saberlo todo, se llaman…
Luna Soler
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