Espere sentada en el sofá a que el servicio de habitaciones
nos sirviera el desayuno, el camarero, no pareció dar importancia a que hubiera
dos personas en la habitación, conseguí comer un panecillo y me limite a beber café,
durante unos interminables minutos, en los que Marcus bebía grandes sorbos de café solo
y no paraba de moverse por la habitación;
-quieres parar, por favor, me estas poniendo más nerviosa.
Me miro como si no se hubiera dado cuenta de que estaba ahí,
como si no fuera consciente del tiempo.
-perdona, estaba recolocando mis ideas.- dijo sentándose en
el sofá en el otro extremo al mío.- no voy a dar nombres, aunque te seria
sencillo saberlo por internet, pero espero que te sea suficiente con lo que te
voy a contar, ya es muy peligroso para ti.
-¿más? adelante.- dije recolocándome para mirarle de frente.
-no te imaginas donde te estas metiendo, es un mundo en el que
solo importa el dinero, no las vidas humanas.- en su cara se dibujó una sonrisa
irónica.- nunca mejor dicho. Bueno comenzare por el principio, mi hermana es la
persona más vital y encantadora que te puedas imaginar, cuando entraba en una habitación
todos los hombres se volvían a mirarla, pero su corazón era puro y muy
enamoradizo, trabajaba como modelo, pensaras que es un tópico por lo que te
acabo de decir, pero era para lo que había nacido, para publicitarla su agente
la estaba moviendo en mundos de mucho dinero, fiestas de hombres ricos, hambrientos
de caras nuevas, y yo siempre le añadía a esa frase “ o quizá de algo más” yo también
conocía ese mundo. Alguna vez la vi llegar a casa a altas horas de la madrugada
y con cierto nivel de alcohol, le ultima vez tuvimos una bronca, le dije que
esto se le estaba yendo de las manos, que eso no era ser modelo, sabía que a
ella tampoco le gustaba, veía como su luz se estaba apagando poco a poco.-paro un
momento, no sé si esperando que yo dijera algo, pero yo no sabía que decir.
Asentí con la cabeza, viendo el dolor en sus ojos, me acerque a él y le pase la mano por la rodilla,
apelando a que siguiera.
Después de ese día todo cambio, volvió a su trabajo como
modelo, a seguir una vida sana y comenzó a salir con un hombre, era mayor que
ella y por lo que decía, era rico, pero no como los otros, la cuidaba, un día al llegar a casa, me dijo que su novio
nos invitaba a cenar a los dos…
Mientras le escuchaba hablar, le daba vueltas al tema de
buscarlo por internet, no iba a ser nada fácil, no sabía su verdadero nombre,
ni de él, ni del novio, menos el de su hermana, ni momento en el que había
sucedido, ni lugar, era un puzle incompleto.
...vivía en una urbanización de lujo a las afueras de la
ciudad, pasaría un chófer a recogernos a eso de las ocho, veía a mi hermana
feliz, estable, no sentía recelo por ese hombre, me gustaba que quisiera conocerme,
nos pusimos elegantes para la ocasión y el chófer llego puntual, al llegar a su
casa nos abrió el en persona, nada más verlos juntos me di cuenta, de que quería a mi hermana. A pesar de su diferencia de edad, era bien parecido, el hombre que se merecía ella,
continuamente pendiente de los que necesitara, veía en su mirada que la amaba,
nos fuimos al salón para tomar unas copas antes de la cena, la casa era una maravilla,
lujo por todas partes, pero con el calor de un hogar, charlamos de negocios de
los de él y de la carrera de mi hermana, en un ambiente distendido y cómodo,
hasta que nos avisaron de que la cena estaba lista. Me disculpe un momento para
ir al baño…
Vi que su frente se perlaba de sudor.
Luna Soler
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