Llevaba media vida a la espera, viviendo vacíos y
decepciones, pero un día conocí a una
persona que activo todos los sentidos, mi cerebro y mi corazón me obligaron a escucharle, prestar atención, a darme cuenta de
que si existe personas que te completa…
Uno al lado del otro, sentados en taburetes, con más gente alrededor,
pero al menos por mi parte, solo sentía su calor, la energía que desprendíamos
y las vibraciones que emanaban, observarle sin mirar, mirando sin que me viera, darte cuenta de que
te rindes a la evidencia y te abres al amor. Por fin llega esa persona que
merece la pena, que te hace sonreír, no, reír hasta que lloras de risa, te
busca, hace que el nudo del estómago crezca.
Te das cuenta de que has conocido a tu alma gemela, que le
escuchas, el oye lo que dices y sientes, te sientes valorada, deseada, te besa
y te inunda el fuego… te entregas, sus
labios acarician mis labios, el corazón y mi alma.
Tu vida prioriza cualquier minuto con él, es intenso y
especial, te pierdes en sus ojos, que te miran dentro y ven lo que sientes y
deseas, te estimula, te das a su juego, a su fuerte personalidad protectora,
dejas que te enseñe a sentir, a disfrutar.
Su voz… que susurra en mi oído, yo me convierto en una aprendiz
hambrienta, sus manos moldean y yo me dijo hacer, porque es esa persona, a la que estuve esperando, con la que quiero
compartir mi vida, vivir momento escapada, beso robado en un balcón, en una
ciudad que huele a mar, recién levantados, después de haber hecho el amor…
Luna Soler
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