La luz del sol calentaba mi cara, entraba por la ventana, atraves
de la cortinas entre abiertas, no quería abrir los ojos, alargar el momento, sentía
su calor, su cuerpo pegado al mío, me di
la vuelta hacia él, despacio, intentando no despertarle, puse la mano sobre su corazón, no conseguía
escuchar su latido, acurruque mi cabeza en su pecho, encontré su latido,
lento, ambos estábamos desnudos, sin abrir los ojos, tantee su cuerpo, mi mano caía
perfecta a la altura de su nalga, mi ronroneo le hizo removerse, me apreté más
contra su cuerpo, note como me besaba el cabello, yo le bese en el pecho;
-buenos días, cariño.- me levanto el mentón y me beso en los
labios.
Le devolví el beso;
-podría estar así toda la vida, podría no, quiero estar así
toda la vida.- le volví a besar, con intensidad, nuestras manos buscaban
nuestros cuerpos, hicimos el amor, sin prisa, el cartel de no molestar seguía en
la puerta.
Luna Soler
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