“A veces voy al fondo de mis recuerdos y ahí te encuentro,
siendo lluvia para el desierto que soy”
Jarhat Pacheco
Cuando leí esta frase se me vino a la memoria una persona,
yo creo que esa persona la tenemos todos, alguien a quien querremos
incondicionalmente durante toda nuestra vida, alguien que te ayudo en un
momento que lo pedías a gritos, pero nadie te escuchaba.
En mi caso sigue ”siendo la lluvia para el desierto que soy”
ya no porque le ame hasta unos límites que creí que no eran posibles, de forma
ciega y obsesiva, sino porque sé que no amándome el, de la misma manera, me quería.
Poder tener a una persona, con que a día de hoy tienes un
trato mínimo, pero siempre cordial, afectuoso, que sabes que con solo mirarte
sabe cómo estas o al oír el tono de tu voz que
delata lo que sientes, incluso como llevas el día, hace que esboce una
sonrisa cuando pienso en el poder que tiene sobre mí, el cariño y protección que delata, me hace
sentir un huracán, aunque a su lado sea una suave brisa, (sonrió) que se puede
transformar en huracán.
Seguir sintiendo un gran afecto y no sé de qué modo, aun
habiendo recuperado ya mi autoestima, sabiendo que para mí esa persona, en mi día
a día, podría a ver resultado toxica, cada vez que me mira me siento diez veces
más especial de lo que soy, gracias a él sé que soy única, soy una persona más
fuerte.
Luna Soler
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