La escuchaba como me contaba lo le había pasado esta semana con Luis, se habían tirado los días entre broncas, reproches, reconciliaciones, sesiones de sexo salvaje que terminaban con ella sola llorando en casa , consciente del enganche y de lo que le amaba, pero sin reconocerlo.
De mi esperaba que le dijera que se alejara de él, que huyera, que no era bueno para ella y así podría volverse a ponerse en el rincón oscuro protegiéndose el corazón, pero no me iba a escuchar decir eso, era el nombre que necesitaba, para volver a ser ella y lo estaba haciéndolo bien, estaba rompiendo el hielo, la estaba volviéndola loca con una montaña rusa de emociones
-A ver amiga, se que no es fácil abrir el corazón, pero es el.- me miró con los ojos abiertos.- lo sabes, por eso estás así, por eso sientes así, por eso te aferras y lloras.- negaba con la cabeza.
-Te equivocas.
-Jajajajaja, si lo tienes tan claro porque me lo cuentas, libera y se tu misma, vive el momento, deja de protegerte, vive la vida, es corta, sabes que el te ama y tiene el carácter suficiente como para que no te aburras.- la mire maliciosamente.
-No puedo, no puedo enamorarme.
-Ya lo estás amiga y te sienta bien.- creo que en ese momento que me devolvió la mirada, se dio cuenta de que tenía razón, su cara no cambió, pero el brillo de sus ojos si.
Por fin podría ser feliz.
Luna Soler
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