Vacié los cinco platos, las olivas estaban increíbles y las
mini pizzas recientes, de camino al hotel me compre un zumo de frutas
antioxidantes, para tomarlo de frente al portátil mientras planificaba la
semana, Luca seguía en recepción, le
desee buenas noches, comentándole que no hacía falta que me avisara para
despertarme, mañana me dedicaría a patearme alguna zona de Milán, tenía un mes
por delante pero no podía fiarme, de esta semana hoy lunes ya estaba perdido.
Después de varios años haciendo lo mismo planificar la
agenda ya no me llevaba demasiado tiempo, dejando algunos huecos por si me
encontraba falta de ideas, todos los viernes a las 9 de la mañana, video
conferencia con mi supervisor. Visitas a
distintas ciudades, Bolonia, Florencia, Verona, Turín, para visitar a
fabricantes y empaparme de lo creo que pueden ser tendencias para la próxima
campaña, teniendo en cuenta que eso será dentro de un año, en la visita a Roma,
tendría que quedarme unos cuantos días
Tumbada ya en la
cama, intentando conciliar el sueño, pensaba en cómo comencé en esta locura,
con treinta años, era una personal
shopper en Madrid, me dedicaba a vestir a la gente que no sabía hacerlo,
vestuarios de bodas y fiestas, asesoramiento de preparación de acontecimientos
o todo tipo de eventos, he de reconocer que tenía existo, no era cara y el boca
a boca había hecho el resto, algún mes había sido más flojo, pero no me podía
quejar, entonces había coincidido en un evento con Adrián, sentado a mi lado
observaba como garabateaba en mi cuaderno un boceto de un vestido de una de las
invitadas creando mi propia versión, después de presentarse, me comento que
trabajaba para una empresa que buscaba las nuevas tendencias , para grandes
grupos de moda que tienen tiendas en todo el mundo, se dedicaba a viajar por múltiples países observando,
siendo capaces de visualizar cual sería la tendencia, en todo tipo de complementos y ropa, era un don, veíamos lo que nadie más parecía ver,
y ya eran tres años los que llevaba haciendo eso mirar, ver, observar y escoger
con éxito.
El sol de la mañana se colaba por la ventana del techo de la
buhardilla, ya vestida me asome unos minutos a la mini terraza, para calentarme
un poco con el sol, antes de bajar a desayunar.
El café de María me devolvía a la vida, y sus bollos me
llenaban el estómago, siempre volvía con un par de kilos de más a Madrid.
Gianni estaba en la recepción, al darle la llave y ver que
era yo salió con su aire chulesco de detrás del mostrador, no para darme un par
de besos, si no para poder observarme con detenimiento, para ver si podría ser
la próxima que le calentara la cama;
-estas guapa Anna, veo que me has hecho caso y te has dejado
el pelo más largo.- dijo mirándome de arriba abajo.
- Gianni, de tu opinión no me fiaría no para cambiarme el
color de las uñas, y te equivocas lo llevo más corto, que tengas un buen día.- Salí
con paso enérgico del hotel.
Luna Soler
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