Tiempo futuro. Capitulo 4

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Antes de ponerse el casco engullo literalmente su bola de helado, volvió a mirarme y se lo puso, la verdad es que tiene un buen culo, pensé, mientras le veía marcharse, alzándome la mano como despedida.
Que bien había dormido, me dije mientras me estiraba en la cama  ¿eran mi ansias por uno o llegaba hasta mi habitación el olor a café de María? Después de desayunar, salí del hotel directa al metro hoy trabajaría en el centro o al menos parte de él, mi salida estaba en el mismo Duomo, nunca me cansaría de mirarlo por muchas veces que lo haya visto, quizá esta vez tuviera tiempo de hacer una visita al interior. Me fui al centro de la plaza a sentarme en los escalones de la estatua, durante dos horas no fi capaz de distinguir nada interesante, cuando ya había decidido cambiar de sitio comencé a ver, a veces depende de la hora o el día de la semana que sea, tienes las cosas más fáciles, estuve haciendo bocetos en la libreta y tomando fotos, hasta que note que me rugían las tripas de hambre eran las dos y media de la tarde y no me había dado ni cuenta, decidí ir  por la calle del Castello, hay locales de pizza reciente a cualquier hora del día, compre un pedazo generoso de pizza di patata, fui comiéndola por la calle mientras me acercaba al Castello, la temperatura era estupenda, pero habían dado tormenta por la tarde y empezaban a formarse nubes, no quería llegar demasiado tarde al corso buenos aires en una de sus bocacalles había visto una falda que el día anterior no me atreví a comprar, pero al rellenar el informe me di cuenta que sería necesario. Hice algunas fotos más y me volví al Duomo a coger de nuevo el metro, me tenía que bajar a bastante distancia del hotel y se estaba empezando a poner muy oscuro.
Justo cuando salía de la tienda, empezó a llover a mares, me intentaba resguardar yendo por la orilla de los edificios pero iba en contra dirección, constantemente me veía obligada a salirme, por protestas de los transeúntes, me estaba empapando, llegue a la cafetería donde trabajaba Marcus, había gente en la terraza las sombrillas estaban impermeabilizadas, no le vi , seguro que no trabajaba, decidí entrar al baño, para secarme un poco, y tomarme un café bien caliente, en la mitad del pasillo me cruce con él, casi le tiro la bandeja, se fijó en que estaba empapada;
-hola.-dijo fijándose en mi pelo que goteaba  y en la camiseta que estaba completamente pegada a mi cuerpo, marcando mi sujetador.
-llueve mucho, perdona voy al baño.- dije queriendo salir de la situación tan embarazosa.
-¿te pido algo?                         
-si por favor, un café con leche muy, muy caliente.-conteste.
Asintió con la cabeza, sonriendo y yo salí corriendo hacia el baño, me seque un poco el pelo con la máquina de secar las manos, al igual que la camiseta, me quite el sujetador tenia relleno de espuma y no había forma de secarlo, tenía  una chaqueta en el bolso y me la abroche para que no se notara que no llevaba sujetador, con el frió que tenía, iba apuntando al frente de mala manera.  
Salí de nuevo al pasillo directa a la barra para tomar mi café, cuando pase por lo que parecía el almacén de bebidas, Marcus estaba rellenando unas cajas, me asome para preguntarle si ya estaba mi café;
-Hola ¿Marcus, ya pediste mi café?- pregunte.
Él se levantó dejando lo que estaba haciendo, cogiéndome de la mano indicándome que entrara, quedando el a mi espalda, cerro la puerta y girando la llave;
-¿Qué haces?
Sin darme tiempo a más me empujo contra la pared, apretando me con su cuerpo sin dejarme apenas respirar, puso sus manos en la nuca obligándome a subirla a su altura enredando sus dedos en mi pelo, intente soltarme girando la cabeza, pero me obligo a ponerla de frente a él;
-¿qué haces?- repetí, mis brazos no reaccionaban, ni me apartaban, ni lo abrazaban pero cada vez me gustaba más la sensación de calor que le estaba devolviendo a mi cuerpo.
-no te imaginas lo sexy que estas con el pelo y la camiseta empapados, y tu expresión cohibida al ver que se notaba el sujetador.- mientras decía esto, palpaba mi pecho al notar que ya no lo llevaba, paso la mano por debajo de mi camiseta, mi pecho estaba frió y su mano caliente, me dio un escalofrió, le mire a los ojos y supe que iba a pasar, suspire pegándome a su cuello, él estrujaba mi pecho, me oprimió con más fuerza contra su cuerpo, mientras me besaba, el metiéndome la lengua hasta la garganta y yo intentando seguirle el ritmo.
Me separo un poco de él, mi cuerpo temblaba destemplado y por la excitación, me beso tiernamente en la boca, bajando por el cuello, mientras sentía como desabrochaba el botón de mis vaqueros y bajaba la cremallera, introdujo su mano entre mis vaqueros, la volvió a sacar bajándolo un poco de mis caderas,  para dejar más holgura, pero esta vez lo introdujo por dentro de mi ropa interior, empezó a jugar con sus dedos, mientras me besaba, yo me dejaba hacer en un estado de locura tan placentero que no sentí que golpeaban la puerta;
-¿Marcus, que haces necesito esas botellas? ¿Por qué  has cerrado la puerta?
Recuperamos la compostura de golpe, respirando ambos entrecortadamente, y yo abrochándome el pantalón frenética;
-saldré yo primero, tu recupera la respiración, dejare la puerta abierta y ahora te preparo el café.- me beso en la frente y me indico que me pusiera detrás de la columna.- Gino que pasa, esta puerta, esta estropeada se cierra sola, ten las botellas.- dijo poniendo la caja en los brazos del otro.
- te he dicho que hay no se puede fumar.
-y yo te repito que yo no fumo.

Salí al minuto, sin que nadie me viera, me bebí el café en otro minuto y page en medio, fui dirección a mi hotel sin importar que siguiera lloviendo a mares.

Luna Soler

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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