Antes de ponerse el casco engullo literalmente su bola de
helado, volvió a mirarme y se lo puso, la verdad es que tiene un buen culo, pensé,
mientras le veía marcharse, alzándome la mano como despedida.
Que bien había dormido, me dije mientras me estiraba en la
cama ¿eran mi ansias por uno o llegaba
hasta mi habitación el olor a café de María? Después de desayunar, salí del
hotel directa al metro hoy trabajaría en el centro o al menos parte de él, mi
salida estaba en el mismo Duomo, nunca me cansaría de mirarlo por muchas veces
que lo haya visto, quizá esta vez tuviera tiempo de hacer una visita al interior.
Me fui al centro de la plaza a sentarme en los escalones de la estatua, durante
dos horas no fi capaz de distinguir nada interesante, cuando ya había decidido
cambiar de sitio comencé a ver, a veces depende de la hora o el día de la semana
que sea, tienes las cosas más fáciles, estuve haciendo bocetos en la libreta y
tomando fotos, hasta que note que me rugían las tripas de hambre eran las dos y
media de la tarde y no me había dado ni cuenta, decidí ir por la calle del Castello, hay locales de
pizza reciente a cualquier hora del día, compre un pedazo generoso de pizza di
patata, fui comiéndola por la calle mientras me acercaba al Castello, la
temperatura era estupenda, pero habían dado tormenta por la tarde y empezaban a
formarse nubes, no quería llegar demasiado tarde al corso buenos aires en una
de sus bocacalles había visto una falda que el día anterior no me atreví a comprar,
pero al rellenar el informe me di cuenta que sería necesario. Hice algunas
fotos más y me volví al Duomo a coger de nuevo el metro, me tenía que bajar a
bastante distancia del hotel y se estaba empezando a poner muy oscuro.
Justo cuando salía de la tienda, empezó a llover a mares, me
intentaba resguardar yendo por la orilla de los edificios pero iba en contra dirección,
constantemente me veía obligada a salirme, por protestas de los transeúntes, me
estaba empapando, llegue a la cafetería donde trabajaba Marcus, había gente en
la terraza las sombrillas estaban impermeabilizadas, no le vi , seguro que no
trabajaba, decidí entrar al baño, para secarme un poco, y tomarme un café bien
caliente, en la mitad del pasillo me cruce con él, casi le tiro la bandeja, se fijó
en que estaba empapada;
-hola.-dijo fijándose en mi pelo que goteaba y en la camiseta que estaba completamente
pegada a mi cuerpo, marcando mi sujetador.
-llueve mucho, perdona voy al baño.- dije queriendo salir de
la situación tan embarazosa.
-¿te pido algo?
-si por favor, un café con leche muy, muy caliente.-conteste.
Asintió con la cabeza, sonriendo y yo salí corriendo hacia
el baño, me seque un poco el pelo con la máquina de secar las manos, al igual
que la camiseta, me quite el sujetador tenia relleno de espuma y no había forma
de secarlo, tenía una chaqueta en el
bolso y me la abroche para que no se notara que no llevaba sujetador, con el
frió que tenía, iba apuntando al frente de mala manera.
Salí de nuevo al pasillo directa a la barra para tomar mi café,
cuando pase por lo que parecía el almacén de bebidas, Marcus estaba rellenando
unas cajas, me asome para preguntarle si ya estaba mi café;
-Hola ¿Marcus, ya pediste mi café?- pregunte.
Él se levantó dejando lo que estaba haciendo, cogiéndome de
la mano indicándome que entrara, quedando el a mi espalda, cerro la puerta y
girando la llave;
-¿Qué haces?
Sin darme tiempo a más me empujo contra la pared, apretando
me con su cuerpo sin dejarme apenas respirar, puso sus manos en la nuca obligándome
a subirla a su altura enredando sus dedos en mi pelo, intente soltarme girando
la cabeza, pero me obligo a ponerla de frente a él;
-¿qué haces?- repetí, mis brazos no reaccionaban, ni me
apartaban, ni lo abrazaban pero cada vez me gustaba más la sensación de calor
que le estaba devolviendo a mi cuerpo.
-no te imaginas lo sexy que estas con el pelo y la camiseta
empapados, y tu expresión cohibida al ver que se notaba el sujetador.- mientras
decía esto, palpaba mi pecho al notar que ya no lo llevaba, paso la mano por
debajo de mi camiseta, mi pecho estaba frió y su mano caliente, me dio un escalofrió,
le mire a los ojos y supe que iba a pasar, suspire pegándome a su cuello, él
estrujaba mi pecho, me oprimió con más fuerza contra su cuerpo, mientras me
besaba, el metiéndome la lengua hasta la garganta y yo intentando seguirle el
ritmo.
Me separo un poco de él, mi cuerpo temblaba destemplado y
por la excitación, me beso tiernamente en la boca, bajando por el cuello,
mientras sentía como desabrochaba el botón de mis vaqueros y bajaba la
cremallera, introdujo su mano entre mis vaqueros, la volvió a sacar bajándolo
un poco de mis caderas, para dejar más holgura,
pero esta vez lo introdujo por dentro de mi ropa interior, empezó a jugar con
sus dedos, mientras me besaba, yo me dejaba hacer en un estado de locura tan
placentero que no sentí que golpeaban la puerta;
-¿Marcus, que haces necesito esas botellas? ¿Por qué has cerrado la puerta?
Recuperamos la compostura de golpe, respirando ambos
entrecortadamente, y yo abrochándome el pantalón frenética;
-saldré yo primero, tu recupera la respiración, dejare la
puerta abierta y ahora te preparo el café.- me beso en la frente y me indico
que me pusiera detrás de la columna.- Gino que pasa, esta puerta, esta
estropeada se cierra sola, ten las botellas.- dijo poniendo la caja en los
brazos del otro.
- te he dicho que hay no se puede fumar.
-y yo te repito que yo no fumo.
Salí al minuto, sin que nadie me viera, me bebí el café en
otro minuto y page en medio, fui dirección a mi hotel sin importar que siguiera
lloviendo a mares.
Luna Soler
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