¿Bailas?

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Leía este tipo de frases y la mente se me iba a él, a sus manos en mi cintura, me veía pegada a su cuerpo con movimientos lentos, me guiaba bailando, sentía su seguridad que calmaba mi timidez, me sorprendía pensando, en cómo sería su cuerpo,  lo palpaban mis manos, me gustaba,  más joven que yo y la que se sentía una niña era yo.
Me negaba a darle a entender lo que sentía, mi comportamiento a veces rallaba lo ridículo, bastaba que me mirara o cruzáramos alguna palabra para ver que él no lo tenía en cuenta, parecía estar dándome tiempo, le estaba resultando, cada vez notaba más el filin y la atracción, se hacía más fuerte.

Y hay estaba yo intentando dormir, dando vueltas,  a ver si tendría posibilidad de hablar con él, de quedar a tomar un café,  poder hablar de lo que sentimos ¿sentimos o siento? Mi falta de confianza estaba en pleno apogeo. A pesar de mi cabeza, mis ojos lograron cerrarse…

“… la puerta del ascensor se abrió, le vi, estaba charlando con otro chico, el ascensor bajaba y él no se había percatado de que  estaba abierto, se volvían a cerrar las puertas y las pare observándole, que bien le sentaba la americana, con esa espalda y hombros anchos, él ya se había girado hacia mí y me observaba divertido;
-¿bajas?
-¡estas segura de que quieres bajar conmigo sola en el ascensor!- dijo tan provocador como siempre.
-sí, que puede ser lo peor que me pueda pasar ¿estar a solas contigo? No creo que dure tanto el trayecto como para repetir uno de esos besos en el cuello que me has dado alguna vez.
Se había acercado a mí, le mire fijamente a los ojos, lejos de intimidarme, me hacían sentirme atrevida, sexy;
-me gusta tu nuevo color de pelo, incrementa el color de tus ojos.- dijo cogiendo un mechón.- ¿te gustaron esos besos?- retrocedí un paso y tope con la pared.
El ascensor había llegado a su destino y las puertas estaban abiertas, retiro el cabello y me beso el cuello, como en las otras dos ocasiones sentí el calor en la piel su aliento templado, un beso lento, me gire para mírale y protestar, aprovecho el movimiento para besarme en la boca, solo un roce, mis manos se fueron directas a su cabello rizado, el pego su cadera a la mía y tiro de mi pelo hacia atrás para que levantara la cabeza, abrí la boca con ansia y en ese justo momento oí un carraspeo… alguien estaba esperando para entrar en el ascensor…”

Seguía oyendo de fondo ese carraspeo, me desperté de repente y no era un carraspeo, era la mierda del despertador, pegue un pequeño golpe a la almohada y apague la alarma del móvil, tumbada bocarriba en la cama intentaba retener el sueño, humedecí mis labios, sentía su olor, sabía que era imposible, pero mi piel, mis manos olían a él.

Luna Soler

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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