Note frio mientras intentaba abrir los ojos, el pelo húmedo me
caía sobre la cara, intente
incorporarme, pero cada musculo de mi cuerpo chillo con el mínimo intento, tosí
convulsivamente, el sabor a sangre inundo mi boca, la misma me ahogaba con su
espesor al pasar por mi garganta, volví a toser, escupiendo la sangre, me
incorpore apoyándome en un brazo, conseguí arrastrarme hasta llegar a la pared,
el lugar donde me encontraba estaba lleno de polvo y arena, el aire era espeso
costaba respirar, conseguí ponerme de pie, al levantarme la camiseta, vi los
moratones, parecía que me hubieran apaleado y el dolor lo confirmaba, el
tobillo derecho estaba muy inflamado dentro de la bota, apoyándome en la pared,
fui cojeando hacia lo que parecía una puerta, no veía nada fuera era noche
cerrada.
Hacía mucho frió, la camiseta de manga corta no me abrigaba,
podía ver el vaho de mi aliento, mis dientes castañeaban, el cristal estaba tan
sucio que no veía el exterior, lo limpie con los dedos, entonces vi la cruz en
el centro de la puerta, estaba cubierta de telarañas, oí un carraspeo al fondo
de la estancia, volví la cabeza en esa dirección, mi respiración se aceleró
bruscamente, oí un gorgojeo:
-es un placer escuchar el ritmo de tu corazón, podría oírlo durante
horas ¿no recuerdas nada verdad?
Estaba paralizada, no podía articular palabra;
-adelante, pregúntamelo.
-¿quién eres?
Sonó una risa demasiando alta, forzada y antinatural, retrocedí
unos pasos, chocándome contra el cristal de la puerta, oí como se levantaba,
dos brillos amarillentos se veían a la altura de donde debían de estar sus ojos.
Me gire, tire del manillar con todas mis fuerzas, en un
segundo lo tenía detrás de mí, presionando mi cuerpo dolorido contra la puerta;
-quieta.- me lamió la oreja, retirando mi cabello, intente moverme,
eso hizo que él se encajara más contra mi cuerpo.- no te resistas, me lo
prometiste, tu vida, por la de tu hermano.
Me giro para que lo mirara, metió la mano debajo de la
camiseta, me sobo el pecho de una manera lasciva y repugnante;
-va ser increíble poder poseerte, una vez que te trasforme.-
bajo su mano del pecho a mi sexo, se pegó a mi oliendo mi piel, yo intentaba zafarme,
mi cuerpo temblaba, el olía a tierra, a viejo, al mismo tiempo me sentía atraída
por él, sacudí la cabeza, como podía sentir eso;
-suéltame, no me toques.- grite socorro con todas mis
fuerzas, volví a oír su risa.
-grita lo que quieras, estamos en la parte antigua del
cementerio, esta tumba está construida con paredes muy gruesas.
Por un momento la luna ilumino la zona donde estábamos y
pude verle la cara, unos ojos felinos enmarcados en una cara noble, de medidas
casi perfectas, mandíbula masculina, piel de alabastro, carente de marcas o
arrugas, era bello.
Nos miramos a los ojos, me sujeto el cuello con la mano;
-Amor ha llegado el momento.- dejo mi yugular al descubierto,
note como cambiaba el color de sus ojos
y la presión sobre mi cuello, note los colmillos clavándose en mi piel.
Una quemazón, mi cuerpo perdiendo por completo la voluntad,
el bombeo de mi corazón paso de un ritmo frenético a algo inexistente, todo se volvió
oscuro, estaba sobre el suelo frió, cuando tuve mi último pensamiento, que salió
de mi boca como un balbuceo;
-esto no es real…
Luna Soler
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