No tuvimos una conversación demasiado larga, llevaba varios días sin verlo,
pero no quería agobiarlo, las circunstancias habían provocado esa ausencia, le
añoraba.
La casa a oscuras, en
silencio, una tenue luz ambarina en mi habitación, desvestí la cama, colocando
el nórdico encima de la sabana, me senté en el borde, apague la luz, al
tumbarme coloque las almohadas, una
debajo de mi cabeza, la otra de lado para poder abrazarla, me levante a
oscuras, cogí su fragancia y la vaporice encima de esa almohada.
Tumbada, me apoye en ella como si fuera su pecho, encontré la
postura, sentía su brazo encima de mi hombro, podía sentir el calor que su
cuerpo me solía trasmitir, su olor, mi mano se enredaba en su pecho, caí en un profundo sueño, soñando con él.
Luna Soler
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