¿Cómo podemos vivir el amor, con el cerebro lleno de dudas y
el corazón chillando lo realmente
importante?
Le miraba la cara, a pocos centímetros de mí, veía la
textura de su piel, sus pequeñas pecas,
sus ojos oscuros en los que me podía perder, si no fuera por su boca, la que
observaba fijamente entre abierta, con una sonrisa un poco torcida, me moje los
labios , como acto reflejo de que él observaba la mía.
Respire hondo para
romper el hechizo, mientras mi cabeza se hacía mil preguntas, de cuando, como,
donde y porque, mis manos disimulaban buscando algo en el bolso, no me di cuenta de él estaba diciendo
algo, algo importante, que yo no oía, debí de poner cara de “mierda que no le
estoy escuchando” ceño fruncido incluido, justo en el momento en el que termino
de hablar.
Parecía que había terminado con una pregunta, no quería quedar como
una imbécil, diciéndole que no le escuchaba, hice el silencio eterno, hasta que
él se dio por vencido a esperar respuesta, comprendí que acababa de perder ese
momento sincero, que todas queremos en una relación, un instante del que van a
depender muchas conversaciones.
Luna Soler
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