Ojos Hambrientos.Capitulo 18

by 14:40 0 comentarios
Faltaban escasos cinco minutos para esa hora;
-por favor siéntense, el Sr. Cottini, esta con una visita, solo serán unos minutos.- dijo
algo nerviosa.
Pasados unos minutos, el manos libres crujió;
-Sta. Monti ¿ha llegado la Sta. Mancone?
-sí, señor ha llegado.
-hágala pasar.
Nos hizo un gesto con la mano para que pasáramos al despacho, según me levante, caí
en la cuenta que la anterior visita no había salió ¿habría otra puerta para salir del
despacho? Cuando entramos no vimos a nadie solo a un hombre detrás de un
escritorio de madera maciza, que tenía pinta de ser muy antiguo, el hombre,
parecía fatigado y inquieto;
-Sta. Monti, puede irse almorzar.
-Gracias, vuelvo en una hora.
Me pareció chocante tanta información para dos personas que debían llevar años
trabajando juntos. A Alessandro le debía de parecer lo mismo porque nos miramos
extrañados, se puso un poco tenso. Oímos cerrar la puerta cuando salió la secretaria.
-por favor, siéntense.- dijo el notario, señalando las dos sillas también antiguas que
había frente al escritorio.
-gracias.- dijimos los dos a la vez.
- ha sido una sorpresa, tenerla hoy aquí, después de intentar localizarla durante meses,
apenas he tenido tiempo de buscar los papeles de su abuelo, me han dado muy poco
plazo.
-sí, lo tenemos en cuenta, pero he querido aprovechar que estaba en Milán, para
solucionar el tema.- dije sin más.
-sí, ya me dijo su tío que habían estado hablando, pero él me dijo que usted quería
renunciar a la herencia a favor de él… comprenda señorita, que esto me resulta un poco
extraño, mas sin estar el presente.
- sí, pero como usted bien sabe la última voluntad de mi abuelo, es que yo  herede el
cincuenta por ciento, junto con mi primo, que también está presente. Simplemente he
cambiado de opinión ¿no puedo?- dije ya de mal humor, que narices pasaba ¿de parte de
quien estaba este tipo? Que le habría dicho Lucio, para que se comportara así…
-¿tiene alguna documentación que acredite que es usted la Sta. Mancone?
Me quede lívida, no tenía documentación, mire a Aless con desesperación;
-se la enviamos el otro día por mensajero ¿no se acuerda Sr. Cottini?- dijo Aless en tono
tranquilo, señalándole un sobre naranja que sobresalía de la documentación.
Por lo que pude ver el sobre tenía fecha del día que me secuestraron, sin pasaporte no
podría volver a España. O si había cualquier cosa, estaba completamente
indocumentada.
Cottini, estuvo preparando papeles durante unos minutos y coloco un montoncito
delante de cada uno de nosotros, nos entregó un bolígrafo;
-firmen debajo de su nombre, si no me equivoco son siete firmas en total, luego se los
intercambian.
La puerta del despacho se abrió de golpe;
-no tan rápido, sobrinos, creo que yo tengo que objetar algo a esa firma.
-Lucio, le echaba de menos a usted en esta reunión.- dijo Cottini, sonriente y aliviado.
-¿Cómo? este hombre sobra aquí, yo no sé lo que le habrá dicho…- me volví
levantándome de la silla y lo único que vi, fue la pistola que tenía Lucio en la mano.
Que ahora justamente quedaba a la altura de mi cara, me quede muda y retrocedí un paso;
-que pensabas sobrina, que no me iba a enterar de que este traidor desleal y tú, os habíais escapado.- estiro su brazo de nuevo hacia mí y volvió a poner  la pistola en mi frente.
-Cottini, llame a la policía, este hombre es un secuestrador, un mafioso y posiblemente
un asesino…- quise tirarme un farol, para ganar tiempo- ¿quieres matarme? Ya me dirás quién te firma los papeles y como no los pienso firmar, pensándolo bien ya puedes hacerlo…
- sobrinita que coraje.- dijo carcajeándose, fuera de sí.- veamos si eres tan valiente
cuando al que amenazo es a él. Antes de que Alessandro pudiera levantarse, Lucio le
dio un golpe en la sien con la pistola, Alessandro perdió el equilibrio de la silla y Lucio
lo sujeto por la camisa, elevándole bruscamente, sangraba. Yo me abalance sobre ese demente, sin pensarlo dos veces, pero me pare en seco cuando vi que ponía el arma en la sien sangrante de Alessandro;
- ¿y bien? ¿qué piensas hacer ahora?- dijo mirándome con ojos de loco, sonriendo.

Bien pensemos ¿Por qué el puto notario permanece impasible? no lo entiendo, necesito
tiempo, y una manera de distraer a Lucio.
-seamos razonables ¿Lucio tu realmente que quieres? Y de esto tome usted debida nota
Sr. Cottini, tendrá que dar explicaciones de porque permaneció impasible sin llamar a la
policía mientras este miserable nos asesinaba.
El notario hizo un gesto con las manos dando a entender que no lo metiera en esto, que
él se lavaba las manos. Estaba claro que en él, no tenía un aliado, no iba a mover un
dedo.
-¿pretendes que te ayude este picapleitos con sus manos afeminadas?
Extrañamente el notario le miro, al oír pronunciar esas palabras, su mirada era extraña.
Mi tío prosiguió;
-lo quiero todo, yo he sido quien ha mantenido todas esas casas, el ritmo de vida de
Lorenzo ¡y el muy mezquino me deshereda!
-Tú lo único que hacías era apropiarte de todo…Malgastaste su fortuna, te cargaste un
negocio digno, para dedicarte a traficar…eres un pozo sin fondo.- dijo indignado
Alessandro, removiéndose a su lado.- tratabas muy mal al abuelo, de último, si no
hubiera sido por mí, hubiera muerto en… en su … en su propia inmundicia.-casi no
podía pronunciar las palabras, el cariño que sentía por el abuelo, se veía en su expresión.- y ahora pretendes que lo que el salvaguardo de tus sucias manos, ¿arrebatárnoslo a las únicas personas que él quería?
- Muchacho, bonito discurso, te aplaudiría si no tuviera la mano ocupada apuntándote a la cabeza, mira reconozco tu merito, pero esta zorra no sabe ni de quien le estás
hablando.
-más respeto Lucio… lo conocerá, ya le hablado de él, tengo cartas que me dictaba el abuelo, para que si en algún momento su hijo Angelo o su descendencia aparecían se las diera…En ellas relata su día a día, tus negocios, como llegaste a donde estas ahora… por si impugnabas el testamento, tuvieran lo necesario para desacreditarte…
-¿pretendes que me lo crea?- Lucio parecía nervioso.-y mira es bueno saberlo, cuando
volvamos a casa quiero esas cartas.
- yo no voy a volver contigo a ninguna parte, están a buen recaudo, si me sucediera algo a mi o a Daniela, esas cartas irían directamente al departamento de policía… Porque claro, tú resuelves las cosas a tu manera y en vez de impugnar, decides intimidarnos, que renunciemos y luego quitarnos del medio, como sueles hacer…Pero esta vez no te resultara tan fácil…
- calla, me mareas con tanta palabrería ¿qué me dices guapa, una firma renunciado a la
herencia o le pego un tiro?
Mire a Alessandro con desesperación, no sabía que más hacer;
-¿Qué piensas hacer con la gente que le debes el dinero? ¿Todo esto es para pagarles?-un poco más de tiempo, pensé angustiada.
-que graciosos ¿de verdad pensáis que después de que os mate a los dos, yo podre
quedarme en Italia como feliz propietario de una fortuna ? Hace demasiado tiempo que
debo ese dinero, ya no tengo cache, ni protección suficiente, para que esos tipos  no me maten, para quedarse con mi negocio. Con el dinero de la indemnización del accidente, saldré del país y desde Las Caimán o vete tú a saber dónde, venderé las propiedades del viejo y me financiare una nueva vida.-hablaba como si vivirá el sueño que estaba describiendo, ido, enajenado en sus pensamientos.
-¿pero eso  lo saben… ellos?- dije, más tiempo, sin saber muy bien para qué.
-por supuesto, les he llamado antes de venir para decirles que me iba a fugar del país sin
pagarles ¿eres tonta? Me recuerdas tanto a tu padre, tan remilga y buena persona,
acabemos de una vez con esto, firma o le disparo.- dijo zarandeando a Aless.
- no lo hagas Daniela amor, no me disparara…- dijo Alessandro intentando zafarse
-¿qué no?- dicho esto le disparo a su sobrino en el hombro.
Yo salí disparada en socorro de Alessandro, se retorcía de dolor en el suelo y sangraba
bastante, me arrodille a su lado, en ese momento Lucio me cogió del pelo y me obligo a
levantarme, yo luchaba con él le golpeaba el pecho, la costilla me dolía como si se
hubiera vuelto a partir, me puso el cañón del arma en la frente;
-estate quieta… firma o sigo con el otro hombro…
En un movimiento rápido y haciendo acopio de fuerzas, Alessandro le golpeo con la
pierna detrás de la rodilla, haciéndole perder momentáneamente el equilibrio, me soltó
el pelo, pero antes de que Alessandro consiguiera levantarse, le disparo en el muslo;
-!!! HIJO DE PUTAAAA ¡¡¡, NOOOO…- mientras le golpeaba veía a Alessandro en el
suelo no se movía.
-FIRMAAA….- chillo Lucio, salpicando saliva en mi cara.- notario sáquele los papeles de la renuncia.
-me temo señor que eso no va a ser posible.- dijo el notario con voz tranquila.
Ambos lo miramos a la vez, tenía un arma en la mano;
-¿no va a pagar? Eso a dicho ¿verdad? Entonces según las ordenes que me han dado , le voy a matar Lucio Mancone, sospechábamos que esto iba a suceder, no permitiremos un exceso más por su parte, no admitiremos que mate a dos inocentes y esto salpique a nuestra organización.-hablaba de forma pausada, tranquila, resultaba surrealista.- repitiéndole las palabras de mi superior… nos importa una mierda su deuda para con nosotros, sería mucho peor que se le permitiera escapar, somos una empresa seria y esto sería imperdonable para nuestra reputación y renombre.
Lucio, lo miraba como si no pudiera creer lo que acababa de oír, miraba al hombre con desprecio, como el que mira la basura.
-¿pretende que me crea que lo han enviado ellos?  Picapleitos de mierda ¿Qué perteneces a la organización?
-si señor Mancone, no soy notario, nos encargamos de pasarle un teléfono, el mío y cada vez que usted quedaba con el notario quedaba usted conmigo, la organización pensó que realmente su sobrina quería renunciar, pero ahora queda claro que no, salvaguardábamos nuestro dinero.- dijo el hombre muy tranquilo.
Dicho esto le apunto con el arma, antes de que Lucio pudiera reaccionar, le disparo con la pistola con silenciador, justo en el centro de la frente.
Lucio cayó muerto, yo también caí al suelo, todavía me llevaba sujeta por el pelo,

Casi no podía respirar, pensando que los siguientes éramos nosotros.

Luna Soler

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

0 comentarios:

Publicar un comentario