La carta

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Comía un sándwich  caliente,  por pura inercia, sin hambre, tumbada en el sofá cerca del fuego de la chimenea, mi cuerpo se había quedado sin temperatura desde que recibí la carta, la miraba, sobre la manta que cubría mis piernas, deposité el plato con algo menos de medio sándwich, cogí la taza de café humeante con unas gotas de coñac, di  sorbos cortos, mi cuerpo empezó a entrar en calor,  atravesando de la cristalera mire la playa,  las nubes oscuras amenazaban tormenta, como la que tendría yo en mi interior en cuanto abriera la carta, se había marchado hacia casi dos meses, sin poder hablar por teléfono, solo los primeros días, dos llamadas cortas, con demasiado miedo y poca información de cuanto tiempo estaría fuera.
Termine el café, cogí la carta, levantándome del sofá, añadí dos troncos a la chimenea y me dirigí a la puerta, subí el cuello de la chaqueta gruesa de lana, arrebuje por el cuello y los hombros la bufanda ancha, mientras me ponía las botas de agua, llegue a la orilla del mar y respire hondo, el aire frio lleno mis pulmones, me puse a caminar por la orilla, mientras pensaba en nuestra ultima noche juntos.
No recordaba que cenamos, solo me vino a la mente la música suave, bailar con el como si fuéramos uno solo, su calor, la ternura con la que me tocaba, el notaba mi miedo y yo su tristeza, hicimos el amor con ternura, alargando cada  beso y caricia, queriendo dejarla en el recuerdo, rasgue el sobre;

“Amor…, te hecho tanto de menos, te escribo ante la imposividad de poder llamarte, y apenas haber posibilidad de enviarte mensajes, te conozco y se que tienes que estar dando muchas vueltas a  la cabeza, me avergüenza no haberme dado cuenta antes de que nos podíamos comunicar así ¿Cómo estas? Espero que siguas bien después de la ultima vez que nos escribimos, yo esto bien y mal, el tiempo encerrado empieza a pasar factura, estoy casi seguro de que queda poco, pero no nos dan información y eso me mata, nunca  pensé que esto se alargara tanto, si no, no habría venido, no fue en el mejor momento, estábamos pasando por una racha en la que el trabajo de ambos no nos dejaba tiempo para estar juntos y después esto,  créeme lo lamento, como se que lo harás tú, no volveré a dejar que nuestros trabajos se interpongan en nuestra vida juntos, que manera de perder el tiempo que realmente merece la pena.
En este tiempo me querido hacer el fuerte no dándote a entender lo que creo que es debilidad, patético intento de callarme que te quiero, que te echo de menos, que quiero compartir la vida contigo, que necesito tus caricias, tus besos tímidos, cuando te hago sentir insegura( eso no volverá a pasar) nuestras risas en la cama después de hacerte el amor y volver a mirarte a través del cristal, mientras te duchas, hasta que decido meterme contigo, ver tu cara mientras duermes, dejar que me beses la cara mientras dormito en el sofá, hacer la comida juntos con la música a toda potencia en la cocina y mil cosas más que he revivido estos dos meses, muerto de miedo por que me olvides o pienses que ya no me necesitas en tu vida. Te amo.”

No me di ni cuenta  de que me había quedado parada de frente al mar, apretando las hojas contra mi pecho, sabía como ganarse mi corazón, después de tantas dudas y pensamientos tristes en soledad, no se cuanto tiempo estuve viendo aproximarse la noche, hasta que me di la vuelta hacia casa,  añadi más leña, abrí el cajón del escritorio, cogí folios y la pluma, sentándome en el suelo  junto al fuego, puse las hojas sobre la mesa baja y empecé a escribir…
Luna Soler

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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