Cuenta la historia, que en un pasado no muy lejano, en un
mundo un poco oscuro, en el que la gente andaba cabizbaja y malhumorada, se habían
perdido en la mayoría de nosotros los valores y el respeto, se había perdido la
ilusión por disfrutar de lo que nos gustaba hacer. Nos habíamos vuelto números,
el de la cuenta del banco, el del teléfono, tu número de trabajador, el número
de me gusta, numero de WhatsApp por leer, el número de copas, el número de
veces que me enamoro, no en ese pasado eran simples polvos , había demasiado
miedo a las relaciones y a nuestras las emociones.
Cuenta la historia que en un presente
descreído, al no sentir pasión en hacer las cosas, el momento se vivía sin emoción
y quien lo vivía diferente, era acosado con la envidia y el machaque psicológico,
para volverlo como el resto y no se viera hasta donde podíamos llegar, pero ese
puñado de humanos, hizo que brillara más el sol, que la gente la mirara devolviéndole
la sonrisa y queriendo mirar más adentro, la gente empezó a cambiar a querer
vivir, ser feliz y disfrutar.
Pensó la historia que se merecía un futuro
de verdad, y nos hizo retos, para que descubriéramos el afán de superarnos, de
siempre ir más allá, que descubriéramos lo que es el amor, un abrazo, un beso,
el tiempo con la gente, una buena conversación con alguien que te escucha, una
sonrisa, una dedicatoria, que te demuestren que le importas, luchar por lo que
quieres y convertirte en lo que quieres ser.
¡Feliz Navidad! Y el mejor
de los futuros de verdad.
Luna Soler
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