Ojos Hambrientos. Capitulo 17

by 17:04 0 comentarios


Alessandro dejo el dinero de la cuenta encima de la mesa cogimos las cazadoras y las llaves del coche. Nos dirigimos a los lavabos, nos encerramos en el de mujeres:
-¡¡maldito cabrón, que habíais quedado para desayunar juntos y llevarme los dos a
Milán!!- grite histérica golpeándole en pecho.
Me dolía la costilla, así que no tuvo mucho problema en reducirme, me empujo contra
la pared, levantándome los brazos a la altura de la cabeza solté una mano y le abofetee,
se oprimió contra mí y me obligo a mirarle;
-¿todavía no te fías de mí? ¿Crees que si te fuera a entregar, estaría contigo encerrado en
el baño de señoras?
-¡¡MIENTES!!- grite.
-baja la voz quieres, si no, el mismo vendrá a buscarte.
Su cara estaba muy cerca de la mía, media diez centímetros más que yo, me doblaba en
complexión, su cuerpo estaba apretando el mío, la costilla no paraba de dar pinchazos,
necesitaba bajar los brazos;
-necesito bajar los brazos, por favor.- dije con un hilo de voz.
Su mirada era sincera, me sentía frustrada, sabía que tenía razón, pero tenía miedo, él
ya me había traicionado una vez.
-Daniela me he enamorado de ti, no lo planee, creo que me enamore el primer día que
empecé a observarte, no volveré a fallarte, tienes que creerme.
Me moví para intentar soltarme, lo que me acababa de decir y tenerle tan cerca… no
quería. Acerco su boca a la mía sin juntarlas, la dejo ahí unos instantes, mi boca se abrió he intento juntarse con la suya, se retiró, le mire, estaba sonriendo, pero su gesto era de
felicidad;
-¿va a resultar que tú también sientes algo por mí, eh?- dicho esto me beso con fuerza y
ganas, igual que yo. Durante un minuto no nos acordamos de quien estaba fuera. Sin
querer presiono más las costillas, y yo proteste.
Se apartó:
-lo siento.- dijo tocando el vendaje, me dio un pequeño pico.- que ganas tenia de volver
a besarte.- dijo mientras andaba nervioso por el baño;
-¿crees que reconocerá el coche?- dije, intentando restablecerme.
-si conozco bien a nuestro tío, no es de la clase de hombres que se fijan en los coches
minis… y no sabe nada de nuestra fuga, sino no estaría tan tranquilo. Esto es pura
casualidad, él va a Barletta y nosotros a Milán.
-sí, pues reza para que no se lo digan, mientras están aquí…
-reconocerían el coche.- mientras hablaba, miro a ver si había ventana en el lavabo, no
había.
-es inútil, tenemos que esperar a que ellos se marchen, nos verían subirnos al coche.-
dije frustrada.
-es pronto para que Luca y Antonio estén despiertos, esperemos que solo pidan un
café.- dijo Alessandro apoyándose en la pared. Me senté a su lado;
-que lastima haber dejado el plato, con lo bueno que estaba todo.- dije.
-tú al menos habías comido más, yo apenas lo había empezado.
- no hay mal que por bien no venga, del susto se me ha quitado el hipo.
Nos reímos, llevábamos quince minutos en el baño, cuando decidimos asomarnos, a ver
si se habían marchado. En ese momento Lucio y el otro tipo estaban montando en el
coche. Los platos de nuestra mesa los habían retirado, nos miramos decepcionados,
pedimos dos cafés para llevar y cogí patatas fritas y un par de chocolatinas.

Dos horas y media larga después, estábamos entrando en Milán, la cita con el notario
la teníamos a las once y media, a mi piso no podíamos ir. No sabíamos si lucio ya se
había enterado de nuestra fuga y podía estar vigilada, cogimos una habitación en un
hotel en el centro, para asearnos, Alessandro salió un momento de la habitación a una tienda que había justo al lado del hotel yo vestía ropa de hombre, no queríamos dar que pensar al notario y eso chirriaba un poco, unos vaqueros y una camiseta fueron suficientes. Cuando terminamos tuvimos el tiempo justo para llegar al despacho, con unos minutos de antelación.

Nottario
Matteo Cottini 2ºB

Subimos por la escalera, en la puerta había un cartel “pase sin llamar”, nada más
traspasar la puerta, vimos a la que debía ser su secretaria, sentada en una mesa;
-buenos días ¿Qué deseaban?
-buenos días soy la Sta. Barcala, perdón Mancone, Sta. Mancone, tengo una cita con el

Sr. Cottini a las once y media.

Luna Soler

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

0 comentarios:

Publicar un comentario