Venganza. Noche de bodas

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CAPITULO 21
La ceremonia fue breve y emotiva, llena de miradas y manos entrelazadas, de besos dulces en el momento que ya  éramos marido y mujer.

En la cena, no nos dejaron un minuto, hablo mucha gente que yo no conocía, me imagine que eran peces gordos de Venecia que tenían que cumplir, teníamos una habitación llena de regalos,  las únicas palabras que escuche con atención fueron las que  nos dedicó Lucca.

Partimos la tarta, fue lo que pude comer en toda la velada, pero rápido nos reclamaron para el baile, Giovany me estrecho entre sus brazos, para terminar dándome un beso en la punta de la nariz;

-Mi Signora ¿bailamos?-dijo agarrándome por la cintura y llevándome al centro del salón de baile.

-será un placer.

-el placer será mío, cuando pueda subiros a la habitación dentro de un par de bailes ¿Duquesa, os sonrojáis?

-Duquesa…me gusta más esposa, que Duquesa.

-pues ahora sois ambas.- afirmo con una sonrisa.

-tenéis razón.-empezamos a girar en la pista.

Bailamos dos bailes, cuando íbamos  a fugarnos a la habitación, Lucca reclamo su derecho a bailar con la novia;

-la parejita va a tener que esperar un baile mas.- Giovany le miro con cara de pocos amigos.

Al terminar la música Giovany. Me cogió del brazo y nos metimos en la habitación contigua al salón de baile;

-no quiero esperar más, subamos a mi habitación.- asentí con la cabeza, me metió por un pasadizo en la pared que yo no conocía, salimos en los debía ser su dormitorio, nunca había estado allí.

Me atrajo hacia su cuerpo, estrujándote contra él, me beso con voracidad, yo hice lo mismo;

-me vuelves loco.- dijo con voz ronca, después de separar nuestras bocas.- quédate quieta, no te muevas. Se puso a mi espalda, iba desabrochando uno a uno los botones del vestido, cada vez que tocaba mi piel, sentía una descarga eléctrica, comenzó a besarme en el cuello y los hombros, mi pezones se endurecieron debajo del corsé, saque los brazos de las mangas del vestido y este cayó al suelo, me quede tan solo con la ropa interior, me soltó el pelo, la melena cayo cubriendo los hombros;

-creo que esto también nos sobra.- dijo mirando el corsé y el liguero.- aunque podría estar durante horas mirándoos así.

Yo me sonroje, ya me sentía desnuda, tiro de mi cabello llevándome la cabeza hacia atrás, me beso en la boca, el cuello, el lóbulo de la oreja, no podía estarme quieta necesitaba tocarle;

-quieta.

-no  puedo.- dije ansiosa.

-me lleváis la contraria tan pronto, no sé qué pensar.-mientras hablaba, me besaba el hombro, mientras que sus manos bajaban por mis caderas y su dedo jugaba con el bode del ligero hasta que tiro de el rompiendo el encaje al ínstante, me puse tensa. Paso su mano por dentro del corsé, por mi vientre, yo me pegue a su cuerpo añorando un mínimo contacto, me moví contra su pecho moviendo los hombros, apoyando mi cabeza en ellos para besarle el cuello, le note más receptivo, me ajuste a su cadera, note su entre pierna dura, me descoloco un segundo pero no quise parar, no quise pensar.

-parar, no hagáis eso, no quiero que vaya tan rápido.- según hablaba apoye mis manos en sus nalgas y las apreté hacia mí, soltó una especie de gruñido ronco.- osada y desobediente,  no creo que me aburra nunca con vos.

-eso espero, dicen que las esposas estamos para complacer.- se puso delante de mí, según se desplazaba había mantenido una de mis manos, en su trasero. Volvió a besarme, metiendo su lengua hasta la campanilla, apenas podía respirar. Mientras una mano me sujetaba la nuca, otra desabrochaba el corsé, cuando terminamos de besarnos, solo llevaba, las braguitas, las medias y los zapatos de tacón.

Me miro un minuto, parecía gustarle lo que veía, pero yo me sentía avergonzada, era mi marido, pero nunca había estado desnuda delante de un hombre, nunca había estado con un hombre, intente taparme el pecho con el brazo;

-no, no os cubráis, sois preciosa.- él se quitó la camisa, su pecho estaba bien formado, era dos veces yo, tenía algo de vello en el centro, me aproxime para tocarlo, pero me cogió en brazos depositándome encima de la cama.

Acoplo su mano derecha a mi pecho introduciendo el pezón en la boca, succionándolo, mordiéndolo, solté un gemido, cruce las piernas tensas, apretando una contra la otra intentado guardar las sensaciones, enrede mis manos en cabello empujando su boca, contra el pezón, mi cuerpo se fue tensando cada vez más, mi respiración era un gemido entrecortado cuando creía que iba a estallar de placer paro, dejándome sin respiración;

-no paréis.- le dije mientras me miraba a la cara con una media sonrisa.

-no, pequeña, todavía no.- me humedecí los labios, al ver mi gesto, deslizo la punta de su lengua por mi labio inferior.- no os imagináis lo que me gusta que hagáis  eso.- volví hacerlo esta vez mordiéndome el labio inferior  hasta soltarlo, el apretó la mandíbula, bajo una momento de la cama, se quitó los pantalones y la ropa interior quedando completamente desnudo, me quede mirándolo fijamente.

Al subir de nuevo a la cama se colocó encima de mí;

-vamos a quitaros lo que nos sobra.- fue dejando besos entre mis pechos , hasta llegar al ombligo quedándose un minuto allí, haciendo que me volviera a tensar, mi cuerpo temblaba, mi sexo estaba húmedo, bajo mi bragas como si fueran de cristal para luego tirarlas al borde de la cama, mientras bajaba las medias , me miraba fijamente, sentía fuego en la cara, en todo el cuerpo, la medias cayeron encima de mi ropa interior, apoyo una mano en mi vientre, mientras iba depositando suaves besos desde la rodilla, para terminar entre mis piernas, levante las caderas pidiendo más;

-abrir un poco las piernas.- deje dócilmente que las colocara, para quedarse él en el centro.- os va doler, intentar relajaros.- intento entrar dentro de mí, pero la sensación me puso tensa.- tranquila.- abrió más mis piernas para acoplarse mejor a mis caderas, acaricio mi cara con ambas manos, empezando a depositar suaves besos en mi boca, al volver a intentarlo la segunda vez se rompió la resistencia, aunque sentía dolor, el placer era mayor, seguía besándome, movíamos las caderas a la vez, un fuerte hormigueo recorrió mi cuerpo desde los dedos de los pies al cuero cabelludo, me deje por completo, solté un gemido mientras asimilaba el placer, en ese mismo momento él también se dejó ir.

Quedamos tumbados en la cama yo encima de su pecho, subí la cabeza para mirarle;

-gracias.- le dije sin más.

El sonrió y me beso la frente;

-un placer, hacer feliz a mi esposa.- volvió a besarme la frente.- dormir un poco.- dijo mientras me tapaba con dulzura con una manta.

Luna Soler


Fin…de momento

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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