Venganza.El vinculo

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CAPITULO 20
Había pasado una semana, desde  la visita de la prima malvada, en ese tiempo, el había encargado mi vestido, lo recibimos ayer y no me deja verlo, se habían enviado las invitaciones de boda, todas habían sido confirmadas y se había vestido la casa y el jardín para la ceremonia.

Le esperaba en mi habitación con una bata de encaje y seda , la puerta estaba entre abierta, me había dicho que en unos minutos me traería mi vestido, los nervios me habían impedido desayunar, en cuanto viera la bandeja sin tocar me obligaría a comer algo, una sombra apareció en la puerta;

-¿molesto Signora?- pregunto mientras me miraba de arriba abajo, con una sonrisa ladeada en los labios.-os sienta muy bien esa bata.

Se acercó a mí con una caja enorme en los brazos, que deposito en la cama, paseo por la habitación rodeando mi posición, al llegar a la cómoda vio que no había probado bocado, cogió un croissant y le dio un pequeño mordisco, se puso delante de mi ;

-nos espera un día y una noche muy largos, debéis comer, en el banquete de boda no nos dejaran probar  bocado.- me acerco el croissant a la boca.- comed.- como una simple palabra podía resultan tan erótica y sensual.

Mordí el croissant e intente cogerlo de su mano él no lo soltó;

-no, ya os lo doy yo.- solté aire de forma temblorosa, no sé ni a que sabía el croissant, solo podía mirarle a los ojos, sabiendo que el sentía tanto deseo como yo, di el ultimo bocado, el aparto una miga de mi labio superior, recreándose en el gesto, solté un pequeño gemido, sonrió al oírlo.- debéis  vestiros, os queda apenas una hora para la ceremonia.

-¡una hora! Iros.- dije obligándole a salir de la habitación, al llegar a la puerta me dio un suave beso 
en la frente.
- os espero en el altar.

Abrí ansiosa la caja, saque el vestido envuelto en papel de seda, solté una exclamación, era el vestido de mis sueños, yo no lo habría escogido diferente, la espalda iba abotonada desde el cuello cisne, hasta el final de la espalda, ciñéndose a mi cuerpo, el tono del vestido era champan, el cuerpo de encaje con manga francesa, la falda de organza con vuelo y una pequeña cola. El velo era tan largo que sobresalía de la cola del vestido, liso con un ribete ancho de encaje, al sacar el velo, descubrí  debajo la ropa interior, el corsé, ligero, medias y muda, en el mismo color del vestido.

Me fui vistiendo sabedora de que me sentía tan bella por dentro que por fuera, me hice un recogido sencillo para poder colocarme el velo, me ayudo  la doncella, para que quedara bien sujeto, la había enviado Giovany  hace 5 minutos para decirme que los invitados habían llegado y el me esperaba en el altar, por ultimo me puse los zapatos altos del mismo encaje del vestido, el rubor de la emoción embellecía mi rosto, mis ojos eran del color del fuego.

Lucca estaba al final del pasillo que daba al jardín, para acompañarme al altar;

-Signora, estáis deslumbrante.-dijo besándome la mano y ofreciéndome su brazo.

Al salir al jardín vi a todos los invitados, de pie al lado de sus sillas, alguno soltó una exclamación, la sensación de sentirme tan observada hizo que me temblaran las rodillas, hasta que le vi a él, sus ojos verdes me hicieron olvidarme de todo y de todos,  me miraba complacido,  desde la pérgola, al lado del sacerdote, al llegar a su altura, Lucca deposito mi mano sobre la suya, de repente mis nervios se calmaron por completo…

Luna Soler

Continuara.

Luna Soler

Escritora

Soy Luna Soler. Una escritora novel con muchas inquietudes y muchas cosas que contar, algo tímida, inconformista y soñadora empedernida. Como mi nombre indica: luna y sol, sol y luna. Contraste en estado puro.

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