CAPITULO 17
Me abrazo con fuerza, no me resistí, me dejo que llorara
sobre su pecho, hasta que me di cuenta de que llevaba demasiado tiempo, me
separe;
-dejarme, por favor.- dije con la voz tomada por el llanto.-
no quiero vuestra limosna.
Estaba contrariado;
-Valentina, os he pedido disculpas, yo…yo nunca he sentido
esto, mis padres murieron cuando yo era muy joven.- me indico que volviéramos a
la mesa para sentarnos, yo no quería, estaba deseando ir a mi habitación, pero
deje que se saliera con la suya.-Val, me tuve que hacer a mí mismo, no es que
la vida me lo pusiera fácil, lo único que herede fue un título, con alguna deuda
y demasiadas propiedades, que me hizo crear
un muro hacia el mundo, porque cada vez que dejaba que alguien entrara en mi vida, era solo para
quedarse con mi dinero, para buscar mi respaldo mientras lo necesitaran o
intentar asesinarme.
Yo escuchaba atentamente sus palabras, sabía que le
resultaba muy difícil abrirse a mí, intentó coger mi mano, pero se la negué.
-Signora, sé que soy un hombre con mal carácter, soy
desconfiado, no pensé nunca que lo que me había planteado con vos, un juego,
quería haceros pagar lo que me hizo vuestro padre, si humillaros, pero me
habéis sorprendido con vuestra inocencia, carácter y cabezonería.- le mire cuando dijo
eso.
-esta mañana no me hicisteis sentir ese respeto.-
-lo sé, cuando Bruno
volvió a dispararme ayer.- se quedó sin palabras, frustrado se pasó las
manos por el cabello.- todo ese odio
volvió a salir, me reitero en mis disculpas, sigo pensando igual que ayer,
quiero casarme con vos.
-sois muy frívolo con vuestros sentimientos, señor, yo
necesito pensar, si me permitís, me retiro a mi habitación.
-sabéis lo que sentís, por eso me habéis cuidado esta
noche.- yo estaba de pie frente a él, se levantó de la silla, me miro
directamente a los ojos.-os doy las gracias.
-no vais ablandarme.- dije intentando moverme.
- no lo pretendo, solo os he pedido disculpas y quiero que
tengáis claro que sigo sintiendo lo mismo que ayer.-pego su cara a la mía, me
acelero la respiración.
Para mi suerte, en ese momento oímos un carraspeo detrás de
nosotros, era el mayordomo;
-perdone Señor, dos alguaciles desean hablar con usted.
Aproveche la ocasión para huir a mi habitación, escuchando
perfectamente, el chasquido de desagrado que salió de su boca, eso me hizo
sonreír.
Llevaba unos minutos en mi habitación, cuando llamaron a la
puerta;
-¿sí?- cuando le vi entrar, se me heló la sangre, se había
quitado el cabestrillo, la americana y el chaleco, llevaba una camisa blanca
desabrochada hasta el inicio del pecho, trague saliva.- ¿que hacéis?
-terminar nuestra conversación.
Vi que giraba la llave de la puerta.
-¿Qué hacéis?- le exclame nerviosa.-abrir esa puerta
inmediatamente.
-no va a ocurrir nada que vos no queráis.
-¿Qué?- intente buscar un razonamiento para este
comportamiento.- ¿qué os ha dicho la policía?
-nada, solo querían saber si iba a presentar denuncia contra
el Sr. Baldini.-hablo mientras se acercaba a mí.
-no os acerquéis.- notaba como el calor subía a mis mejillas
y mi respiración se volvía mas entrecortada.- ¿y que habéis contestado?
-que no tenía intención de denunciar al Sr. Baldini, luego
les he dicho que tenía que pedir matrimonio a mi prometida y se han marchado.
Lo tenía pegado a mí, con una sola mano, se deshizo de las horquillas que sujetaban mi pelo, que
se deslizo por mi espalda, puso una mano en la nuca, he hizo que inclinara la
cabeza, me rozo suavemente con los dedos, la mejilla y el cuello, solté un
gemido, entrelazo sus dedos entre mi pelo
y atrajo mi boca contra la suya, saboree la sensación de su lengua jugando
dentro, incapaz de moverme deje mis manos a los laterales de mi cuerpo, por fin
se separó;
-¿Qué estáis haciendo conmigo?- incapaz de mirarle, me humedecí
los labios y baje la cabeza, desconcertada por la sensación de calor que tenía
en el cuerpo.
-os estoy proponiendo matrimonio y como no me contestáis, os
estoy dando argumentos.-mientras hablaba, iba desabrochándo los botones traseros
de mi blusa, me la quito deslizándola por mis brazos, trague saliva, estaba muy
nerviosa, me agarro de la cintura, me cogió en brazos, haciendo un gesto de
dolor por la herida, me dejo encima de la cama. Me había quedado con una
camiseta fina de tirantes y por encima un corsé flojo que daba forma a mis
pechos y a mi cintura, empezó a pasar el
dedo por mi pecho, por dentro de camiseta,
jugando con el borde del corsé, solté un gemido y arquee la espalda, mi pecho
se endureció, se notaba parte del pezón atreves de la fina tela.
-¿queréis casaros conmigo?-dijo con voz ronca.
Sin poder resistirme más, cogí su cara entre mis manos y lo
bese feroz, giramos en la cama, entrelazando nuestras piernas, con su mano
apretaba mi pecho con fuerza, haciéndome gemir de nuevo.
Nos mirábamos a los ojos, llenos de deseo, quería más,
notaba como mi vientre se tensaba, ante a sensación de tenerlo encima de mí.
-¿os casareis conmigo, Signora?
- si lo haré.- conteste
Me dio un suave beso y se incorporó, su respiración también era
agitada;
-empezare a hacer
todos los preparativos.- se inclinó para besarme de nuevo, me beso el cuello
hasta llegar a mi oído.-el resto de lo que no ha pasado hoy, se queda para la
noche de bodas, os dejo descansar.
Salió de la habitación con una sonrisa maliciosa, yo intente
respirar lo más profundo que me dejo, el fuego que sentía por dentro.
Luna Soler
Continuara…
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