Cuando era pequeña y veía una peli de vampiros, me iba a la
cama atemoriza, por todas partes veía sombras y dentaduras relucientes,
terminaba volviendo encender la luz, miraba debajo de la cama, la volvía apagar
y me hacía un rebujo con las sabanas, mirando al lado contrario de la ventana,
por si aparecía uno flotando, arañado el cristal, pidiéndome con una gotas de
sangre rebosando de su boca, que le dejara entrar.
Según paso el tiempo, vi como esos personajes cambiaban, el
poder de seducción, el atractivo sexual que despertaban en la protagonista, su
poder hipnótico, despiadados, no sentían culpabilidad por sus maldades y sin embargo
eran capaces de sentir y demostrar el amor más profundo.
Eso hizo que me sintiera atraída por esos personajes y empozara
a escribir relatos sobre ellos…
Mierda, llegaba tarde y encima sin noticia, intente esquivar
el despacho de mi jefa, si me veía me caería una buena bronca y todavía me
quedaba algo más de una hora para que cerrara la edición del periódico, tenía
que conseguir una mísera noticia, yo no tenía la cumpla que desde el asesinato
de la semana pasada no hubiera pasado nada interesante y por lo que me decía David,
una antiguo novio que trabajaba ahora en la policía, no había ninguna pista.
Un indigente de unos cincuenta y pico había aparecido muerto
en el parque, el caso no sería nada del otro mundo de no ser porque al cadáver,
no le quedaba una gota de sangre y no había heridas por las que hubiera podido
salir.
Al llegar a mi mesa, vi tres post it de mi jefa, me quería en
su despacho ya, ni hablar , cogí mas carretes del cajón, para mi cámara y vi
otro post it que era de David, quería verme
a las 23h en la casa vieja de la calle Mayor, tenía una pista.
Mire el reloj 23:50, no tenía la bici iba a tardar más de
quince minutos en llegar allí, le mande un mensaje al móvil para que me
esperara. Sentí un escalofrió al pensar en esa casa, no me gustaba, tenía una sensación
rara, cuando pasaba por delante de ella, es como si alguien observara desde su
interior. Era una casa con jardín y una valla de piedra y barrotes, rodeada de edificios
altos y en ese terreno por alguna razón nunca
se había edificado, el jardín sobrevivía sin riego en verano con árboles altos
y espigados, en invierno todo moría y le daba a la casa un aspecto todavía más lúgubre.
Camine todo lo más rápido que pude, no había recibido
respuesta al mensaje que mande a David y no quería que se marchara, necesitaba
la noticia, estaba frente a la gran puerta de hierro que daba al jardín y la
parte delantera, tenía puesta una cadena nueva y un candado, me imagine que habría
entrado por la pequeña puerta del lateral de la valla, camine hacia allí, me costó
un poco pero conseguí abrirla. Subí los peldaños encaminándome hacia la puerta
principal y caí en la cuenta de unas gotas brillantes en los peldaños que se hicieron
más abundantes en cuando empuje la
puerta, era como si alguien hubiera goteado aceite, a pocos metros había una mancha mayor. El aire estaba
viciado, olía a moho, ha cerrado y algo más
que no identificaba, encendí la linterna del móvil y enfoque las manchas, casi
me caigo sobre ellas al darme cuenta de que parecía sangre, justo en ese
momento me vibro el móvil, un mensaje de David;
…no he podido ir, tuve un servicio, hablamos.
-será imbécil.- deje en voz demasiado alta, sin darme
cuenta.
Con el corazón a mil acerque más la linterna, si, casi
seguro que era sangre, olía a metálico, había huellas de pisadas alrededor de
las salpicaduras, como si hubiera habido un forcejeo, mi mente se fue directa
al asesinato del indigente. Llame a la policía, y saque fotos de las manchas y
las huellas, en lo ellos llegaban
Salí de la casa, tenía
esa sensación de que me observaban y ahí se había cometido un asesinato, los
minutos que tardó en llegar el coche de la policía, los espere en la calle
junto a la puerta delantera.
Tenía la boca seca y el pulso acelerado, guarde la cámara en
la mochila, no me iba a identificar como periodista, quería tener la exclusiva esa noche publicaría
las fotos con mi artículo, para la poli, sería una simple fisgona.
La policía no me entretuvo mucho, me pidieron mis datos personales, mi dirección, me preguntaron por qué estaba allí
y si había visto o tocado algo. Les facilite lo que me pedían y quisieron que
me fuera para poder empezar su investigación cuanto antes, cosa que les agradecí
mucho, tenía el tiempo justo para volver a la oficina.
Camine deprisa, tenía que cruzar la zona antigua y a esas
horas no me gustaba, no había un alma y encima estaba empezando a llover.
Sentí como una corriente fría me erizaba el vello de la
nuca, me di la vuelta, presintiendo un movimiento detrás de mí, al volverme de di
de pleno contra su pecho, que parecía de piedra. Me agarro del cuello con una
mano y me empotro contra la pared, en un solo movimiento, apenas podía respirar,
forcejaba con él, pero no podía moverme, su cuerpo estaba pegado al mío y me
presionaba contra la pared. Mi respiración era agitada, mi pecho subía y bajaba
frenético, no sabía que pasaba, hasta que me obligo a mirarle a la cara, solo
vi unos ojos rojos, enloquecidos, una piel reseca que parecía papiro, traslucida,
en a que apreciaba sus venas azuladas debajo de la piel. Forcejee con todas mis
fuerzas, mientras oía la risa fantasmal de ese ser;
-lucha, oigo tu corazón y como pasa la sangre por tus venas,
me gusta tu olor.- lo dijo cerca de mi cara, arrastrando las palabras, el olor
se su aliento era nauseabundo, paso su lengua por mi yugular, sentí asco, mi
cuerpo se estremeció por completo, apenas tenía fuerzas para mantenerme en pie.-
no te desmayes, quiero que sientas como bebo tu sangre.
Mi vista se nublaba, alcance a ver una figura detrás de
nosotros, la criatura me soltó, oí un sonido horrible entre un seseo y un
chillido, note como alguien me cogía en brazos, un instante antes de perder el conocimiento…
Continuara.
Marek
Luna Soler
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