CAPITULO 5
No sé cómo llegue a su Palazzio esa noche, no sé cómo
llegaron mis cosas a la habitación que
ocupaba en ese momento, según me contaron las sirvientas al despertar, había
pasado cerca de veinticuatro horas entre delirios y una fiebre muy alta, su
señor había estado pendiente de mis cuidados y estado de salud, pensando
incluso de avisar a un médico, al ver la fiebre iba bajado y mi estado se volvía
más sosegado, no se vio necesario.
Ya levantada, recuperadas parte de mis fuerzas, observe mi habitación,
no era un simple dormitorio, se veía que El duque se había molestado en darme
cierta independencia y comodidades, tenía baño propio y salón individual, con
una pequeña librería, tenía dos grandes ventanales con las mejores vistas al jardín
trasero.
Los sirvientes me prepararon un baño y me ayudaron a
vestirme y me dispuse a esperar que alguien me explicara, que tenía que hacer,
una persona que pertenecía a otra, cada vez que pensaba en mi padre, la ira me
llenaba, hasta que salía por mis ojos en forma de lágrimas, daba gracias a
dios, por haberse llevado a mi madre dos años atrás, si ella hubiera sabido
esto, mi padre ofreciéndome a cambio de dinero como una vulgar ramera.
Sonaron un par de golpes en la puerta;
-si.- conteste con miedo, de saber que podía ser el que estuviera
detrás de la puerta, pasó una joven sirvienta;
-Signora.- dijo haciendo una pequeña reverencia.-mi Señor
solicita su presencia en la comida, será en el salón principal en veinte minutos.
Asentí con la cabeza, con otra reverencia salió de la habitación.
Cuando quedaban diez minutos para la hora, me perfume
ligeramente y me cepille el pelo, lo llevaba recogido en la nuca, vi mi cara
reflejada en el espejo, estaba pálida. Había llegado el momento de que supiera
las verdaderas condiciones de este pacto.
Salí de mi mausoleo y
comencé a bajar la escalera hacia el gran salón, la chimenea estaba
encendida y él estaba con el brazo apoyado
en la repisa, contemplando el fuego…
Luna Soler
Continuara…
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